MEMORIAS DE UN ARBOL
Este
había sido mi primer año de vida y no entendía porque debía de dormir. Yo me
negaba a cerrar los ojos, pero estos acabaron por ceder......
...Me desperté un dia de primavera y vi que la lluvia me acompañaba. Estaba un poco desconcertado, pero para mi tranquilidad nada a mí alrededor había cambiado. Era mi primer despertar y la lluvia que caía y que a mi tanto me agradaba, no parecía gustar tanto a los humanos porque parecían haber desaparecido de la tierra.
¿Se los habría tragado esta, mientras yo dormía?
Por aquel entonces, yo no conocia mucho del hombre. Sabía de su popularidad, pero desconocía los peligros que entrañaba su cercanía. Sabía que ahora atravesábamos un periodo de tregua, algo sobre el ecologismo, y que por mi longevidad e inmortalidad, el hombre me había elegido como un elemento importante de una nueva religión que desconocía. Ahora me adoraban y me exhibían en el claustro de una Iglesia, pero sabia que debía permanecer vigilante porque como me contaban mis familiares, el hombre era impredecible y poco fiable.
¿Se los habría tragado esta, mientras yo dormía?
Por aquel entonces, yo no conocia mucho del hombre. Sabía de su popularidad, pero desconocía los peligros que entrañaba su cercanía. Sabía que ahora atravesábamos un periodo de tregua, algo sobre el ecologismo, y que por mi longevidad e inmortalidad, el hombre me había elegido como un elemento importante de una nueva religión que desconocía. Ahora me adoraban y me exhibían en el claustro de una Iglesia, pero sabia que debía permanecer vigilante porque como me contaban mis familiares, el hombre era impredecible y poco fiable.
Creo
que ha llegado el momento en que os cuente la experiencia que me llevo a
descubrir la verdadera unión entre
vosotros los humanos y nosotros los árboles.
Antes de nada te diré que soy un árbol hembra
y que mi debilidad por el sexo femenino viene constatada por mi ideología que
básicamente convierte al varón, en la fuerza bruta, con un temperamento
resuelto y un mayor anhelo de poder. Yo considero al contrario, que la
naturaleza femenina es esencialmente creativa, hermosa, voluntariosa y capaz de
dar amor incondicionalmente.
Dicho esto, ahora ya puedo contarte lo que
sucedió cuando contaba siete años de vida.
Una niña se acerco a mi, se sentó a mi lado, y
me contó lo que su madre le había narrado la noche anterior. Comenzó diciendo
que ella y yo éramos iguales, se quedó callada unos minutos como intentando
recordar las palabras de su madre, y luego continuó su discurso diciendo: “somos
dos almas”, nuevamente se calló unos segundos, para después, sin parar y como
queriendo terminar lo antes posible, lo que tampoco comprendía muy bien, dijo: “tu
alma esta dentro de un cuerpo vegetal y la mía dentro de un cuerpo humano”.
Permanecimos en silencio unos segundos, hasta que la niña dijo: “¿Me entiendes?,
iguales”.
Yo no sabia que contestar, dado que a mi también me costaba entender sus palabras. El silencio se hizo nuevamente, esta vez duró siete largos minutos, pero sucedió que durante esos interminables minutos se nos concedió la posibilidad de intercambiar nuestros cuerpos.
Yo no sabia que contestar, dado que a mi también me costaba entender sus palabras. El silencio se hizo nuevamente, esta vez duró siete largos minutos, pero sucedió que durante esos interminables minutos se nos concedió la posibilidad de intercambiar nuestros cuerpos.
Después
de esto, ni ella ni yo fuimos las mismas.
Venía
a verme todos los Domingos, hablábamos de nuestras cosas, normalmente eran
temas cotidianos, pero a medida que transcurrían los años, nuestras
conversaciones eran más serías y profundas. Desde ese día la muerte dejó de
existir, conocí la inmortalidad del alma, y mi vida adquirió un sentido más
misterioso e inteligente. Durante muchos años fui muy feliz, dominé el arte de
la comunicación igual que en la actualidad Internet recorre los cielos y surca los
mares, mis raíces lo hicieron bajo tierra, así viaje y recorrí el mundo.
Un domingo
que llovía, mi amiga del alma vino a despedirse, debía irse lejos. “Soy de
carne y hueso”, me dijo, “pero tú y yo sabemos que nos volveremos a ver”
Pasaron
los años y los mismos hombres que un día me encumbraron como símbolo de
inmortalidad y me respetaron como a una Diosa, ahora me definían como una
cavidad fantasmagórica que presagiaba malos augurios para la humanidad. No me
sorprendió, ya que de pequeña aprendí que el hombre que se cree sus mentiras es
el más temible a los ojos de la madre naturaleza y el que desata todo tipo de catástrofes
terrenales.
Acabaron
con mi cuerpo, me cortaron en pedazos para calentarse en invierno, pero hasta
después de muerta no les guardo rencor a mis enemigos, yo siempre seré el calor
que se ofrece al amigo que esta enfermo.
Ahora
estoy aquí de nuevo, soy el que esta a tu lado, ¿Te gustaría conocerme?
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